"Dice Hockney que apenas empieza la primavera se puede ver un verde muy palido que solo dura unos diez días"
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Pavillion/ Los distintos matices de "Masculinidades" en Alemania
“cualidad de [lo] masculino” – así define el Diccionario de la Real Academia Española el vocablo “masculinidad”. Sin embargo, las muestras colectivas “Masculinidades”, organizadas simultáneamente por las asociaciones alemanas de arte de la región federal de Renania Westfalia del Norte (Bonner Kunstverein, Kölnischer Kunstverein y Kunstverein für die Rheinlande und Westfalen), proponen una amplia gama de definiciones para este término, además de sobrepasar cualquier categorización binaria de géneros.
Teniendo como trasfondo desmembrar la concepción patriarcal y heteronormativa acerca de la masculinidad, las curadoras de esas muestras (Michelle Cotton, Nikola Dietrich y Eva Birkenstock) proponen a los visitantes un escenario audiovisual polifónico sobre el cuestionamiento actual de ese término. Para lograr esto, “Masculinidades” exhibe variadas manifestaciones dominantes y reaccionarias del universo machirulo, así como distintas críticas a sus formas de dominación simbólica legitimadas por los medios de comunicación. Además, se hace evidente que, para hablar de múltiples masculinidades, es necesaria la inclusión de obras que igualmente traten la homosexualidad.
En un recorrido cronológico desde 1960 hasta la actualidad, las muestras en Bonn y Colonia forman un todo armónico y se complementan una con otra gracias a sus abordajes específicos. Con una narrativa coherente y congruente, “Masculinidades” propone un cambio tanto de las formas habitualmente transmitidas de la imagen del hombre y de su cuerpo (a.k.a. falo) como de las políticas de su visibilidad y poder simbólico de dominación masculina.
En Bonn la muestra arranca con la contribución de Anita Steckel. Esta artista feminista estadounidense (1930-2012) es conocida por su arte de fuerte carácter sexual como denuncia al sistema machista de su sociedad – lo cual le implicó muchos problemas de orden laboral y amenazas de censura en Nueva York a partir de los años 1970. “Legal gender” (1971), por ejemplo, trae la imagen fotocopiada de un pene como unidad monetaria en un collage que la artista repartió en la apertura de una muestra suya en 1972. Con el juego de palabras “legal tender” (en inglés: “moneda corriente”), Steckel señala la remuneración desigual y los beneficios en el mundo laboral que los hombres gozaban - o mejor, todavía siguen gozando - en relación a las mujeres. En “Black cock canyon” (1970-72) y “Eat your power honey, befor it grows cold” (1970-80), la misma artista ilustra la dominación masculina a través de los innúmeros penes erectos, muchas veces aislados del cuerpo masculino, que componen el paisaje de la Big Apple y la gobiernan. En esas telas de grandes proporciones, los falos, algunos de ellos eyaculando, se encuentran perfectamente encajados en los rígidos rascacielos de la ciudad de Nueva York, mojándolos con su lluvia de semen – en una clara acción de fertilización y mantenimiento de la dominación masculina en la sociedad occidental moderna.
El falo también encuentra su espacio de representación en las instalaciones “No limits!” y “Wanker” (1999) de la inglesa Sarah Lucas (1962). Acá, brazos mecánicos fueron instalados frente a una silla y dentro de la carrocería de un auto destruido haciendo ágiles movimientos onanistas ininterrumpidos. Uno de los típicos símbolos de la masculinidad, la moto, tuvo su carrocería cortada en dos partes iguales para la instalación “Diana” (2014) de la alemana Alexandra Bircken (1967). En referencia a la diosa romana de la caza, Bircken busca a través de este corte desarmar y desestructurar públicamente el objeto icónico, y muchas veces de deseo material, del universo masculino.
Conforme lo dicho anteriormente, “Masculinidades” también exhibe la masculinidad homosexual a través de distintas obras. Una de ellas, el ambiguo afiche publicitario “A salesman” (1979) de Hal Fischer (1950), artista, crítico de arte estadounidense y referencia de la “gay culture” de San Francisco. En este panel, originalmente instalado en el Castro District de San Francisco en 1979, se puede ver un criptográfico número de teléfono y la imagen de un hombre desnudo bajo la consigna de un supuesto “salesman” (en inglés, vendedor). Fischer compuso esta obra en alusión a un retrato desnudo del actor Burt Reynolds en la revista Cosmopolitan de 1973.
Así como en Bonn el falo tiene su puesta en escena, en la instalación de la inglesa Juliette Blightman (1980) abre la muestra de Colonia con la instalación de un impresionante cactus erecto de casi un metro y medio de altura en un urinario. “Proxy father figures” (2019) hace una clara referencia a “La fuente” (1917) de Marcel Duchamp y, una vez más, apunta al poder simbólico de la figura masculina.
En otra cita a la historia del arte, ahora a “El origen del mundo” (1866) de Gustgave Coubert, la artista estadounidense Puppies Puppies (1989) exhibe la tela “My vagina (Anus)” de 2019. Si en la obra del siglo XIX del francés hay la celebración del cuerpo femenino como el comienzo del mundo, en la tela de Jade Kuriti Olivos (nombre verdadero de Puppies Puppies) él tiene su fin – su respuesta visual al dicho popular “en el culo del mundo”. Además, es con esa obra que, por la primera vez, el género femenino es mencionado en “Masculinidades”.
El género femenino sigue siendo representado en Colonia a través de las instalaciones de la ucraniana Olga Balema (1984). “Globe” (2016) y “Motherfucker” (2016) son algunas de sus obras que contienen senos colgados desde un globo terrestre antiguo o de un mapa europeo del siglo 17. En el marco de política colonialista de las potencias europeas en los continentes africano y americano en los siglos pasados, los senos colgados son símbolo de la violencia política y económica masculina que chupa hasta la última gota de los recursos naturales de las tierras explotadas.
Por las manos de la alemana Marianne Wex (1937), una selección de imágenes de mujeres y hombres retiradas de revistas alemanas del año de 1977 evidencia la dominación simbólica masculina propagada por los medios de comunicación. Las series “Let´s take back our space: Female and male body language as a result of patriarchal structures” (1977) traen registros mediáticos que “enseñaban” cómo las mujeres debían sentarse o estar paradas – como típicas princesitas: estáticas, con los pies juntos y casi no ocupando espacio. En contraposición, los hombres aparecen sentados con las piernas abiertas ocupando casi la totalidad de su espacio – fenómeno aún recurrente, especialmente en los medios de transporte colectivos. Otra serie de Wex exhibe fotos de distintas parejas abrazadas: los hombres tienen las mujeres agarradas por la cintura – en claro acto de posesión – mientras ellas se cuelgan a sus cuellos en una concepción invisible del mantenimiento de la dominación patriarcal.
“Masculinidades” busca reaccionar a las manifestaciones reaccionarias del machismo que siguen encontrando sus adeptos en la actualidad, según sus organizadoras. Además, las muestras proponen el resurgimiento de culturas políticas que ofrecen soluciones simples para problemas complejos bajo el concepto de masculinidades.
Observaciones: Toda las fotografías son de Mareike Tocha y fueron gentilmente cedidas por la asesoría de prensa de la Bonner Kunstverein y Kölnischer Kunstverein.
Texto publicado originalmente en el portal argentino de arte www.ramona.org.ar